La primera de ellas es declinar o no aceptar; si no tengo las competencias, el tiempo, la experiencia o los recursos para cumplirlo a cabalidad lo más acertado es apelar a la honestidad y no aceptar el pedido, de esta manera estaré cuidando de ambas partes, de mi identidad pública y de la otra persona para que encuentre a quien, si está en condiciones de cumplirle y esto le permitirá lograr su objetivo, llegar a la meta o cumplir sus expectativas.
La segunda opción consiste en contra-ofertar, es decir, lo que me estas pidiendo no puedo cumplirlo tal como lo pides, pero te ofrezco esta otra alternativa; esta es una opción cuando no contamos con todos los elementos necesarios para cumplir el pedido o la oferta con todas las condiciones de satisfacción por cuestiones de tiempo, competencias, experiencia o recursos. Puedo prepararme adecuadamente y estaré cuidando de ambas partes.
La tercera opción consiste en comprometerse a comprometerse después; esta opción es muy útil cuando no estamos seguros de poder cumplir y necesitamos revisar nuestros recursos, por ejemplo, ante el pedido la respuesta será, por ahora no puedo aceptar tu pedido, pero me comprometo a responderte en el transcurso de las siguientes 24 horas. Esta opción abre la posibilidad de verificar si estoy o no en condiciones de generar una promesa.