Actualmente, una gran cantidad de compañías promueven mayor flexibilidad en los roles de sus colaboradores, la adaptación al cambio con mayor velocidad, la toma conjunta de decisiones, la resolución creativa de conflictos y la autonomía de los equipos de trabajo al permitir que definan sus propias actividades. Sin embargo, muchas de estas organizaciones esperan que todo esto se dé por sí solo, pues consideran desafiante afrontar los desacuerdos que surgen al dirigir procesos de cambio que ayuden a los individuos y equipos a adoptar mecanismos para mejorar las relaciones de trabajo.